Los acidos grasos Omega 3 son acidos grasos esenciales poliinsaturados que necesita nuestro cuerpo pero que no los produce por si mismo ni a base de otras sustancias, es por esta razón que debemos tomar Omega 3 en suplementos.
La ingesta de alimentos ricos en ácido linoleico o complementos que incluyan este principio disminuye los triglicéridos y el colesterol LDL ("malo"), aumenta el HDL ("bueno"), previene la formación de coágulos en las arterias al impedir la agregación plaquetaria y disminuye levemente la presión arterial, en general fluidifica la sangre y previene contra los ataques cardiacos, apoplejías, derrames cerebrales, angina de pecho, etc. Por otra parte la función cardioprotectora viene además acentuada por la capacidad de estos aceites para aumentar las transmisiones eléctricas del músculo cardiaco por lo que regulariza el ritmo y previene enfermedades como arritmias.
Estudios revelan que el omega 3 tiene propiedades antiinflamatorias en enfermedades de las articulaciones. Es por esto que los alimentos y especialmente los suplementos que contienen omega 3 pueden ser muy útiles para rebajar la inflamación y aliviar el dolor en enfermedades como artritis reumatoide, psoriasis y lupus. La utilización de complementos que contienen omega 3 puede ser una alternativa natural para tratamiento convencional de la artritis reumatoide. Los estudios indican que este componente aumenta los niveles de prostaglandina PG3 que tienen propiedades antiinflamatorias.
Los ácidos grasos poliinsaturados, como los omega-3, desempeñan funciones muy importantes en la gestación, lactación y la infancia, ya que son constituyentes de los fosfolípidos de las membranas celulares y forman parte de las estructuras neurales.
Las necesidades de estos ácidos grasos se incrementan durante estos períodos, puesto que son fases de crecimiento y desarrollo del tejido celular. En consecuencia, las necesidades de ácidos grasos esenciales de la mujer embarazada y el feto, así como de los niños lactantes, son muy elevadas.
Las necesidades de estos ácidos grasos se incrementan durante estos períodos, puesto que son fases de crecimiento y desarrollo del tejido celular. En consecuencia, las necesidades de ácidos grasos esenciales de la mujer embarazada y el feto, así como de los niños lactantes, son muy elevadas.
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